Es la patología más frecuente de la extremidad posterior del perro adulto.

Hay varios ligamentos que estabilizan la articulación de la rodilla, uniendo el fémur a la tibia, y el LCA es unos de estos ligamentos.

Como consecuencia de la anatomía normal de la rodilla canina, este ligamento sufre una sobrecarga crónica, que le predispone a lesiones, no necesariamente traumáticas. La rotura del LCA produce una severa inestabilidad en la rodilla, que produce a su vez lesiones en todas las estructuras articulares, en particular en el menisco medial, que es aplastado y suele sufrir roturas. Con el paso del tiempo la rodilla inestable desarrolla degeneración articular (artrosis) con dolor y cojeras crónicos.

El diagnóstico es fundamentalmente clínico: un veterinario experto puede diagnosticar esta patología con la manipulación de la rodilla, ejecutando unos test clínicos específicos. Las radiografías acompañan el diagnóstico clínico y son imprescindibles para la planificación del tratamiento más adecuado.

El único tratamiento realmente efectivo es la estabilización quirúrgica, para anular esos movimientos anormales y proteger las estructuras articulares a largo plazo.

Existen muchas técnicas quirúrgicas para estabilizar la rodilla con LCA roto, y sin embargo todas tienen el mismo objetivo, que es la estabilización.

Para una estabilización duradera se han desarrollado técnica que llamamos «biodinámicas», o sea técnicas que van a modificar la anatomía normal de la rodilla (en particular de la tibia) para anular aquellas fuerzas que causan esa inestabilidad en primer lugar. Estas técnicas suelen ser más efectivas a largo plazo que las técnicas de reconstrucción del ligamento como tal, ofreciendo una mejor estadística de éxito.

En OrthoVet trabajamos con una amplia gama de técnicas, para ofrecer un tratamiento más personalizado a cada paciente, cuya anatomía es estudiada exhaustivamente para determinar cuál es la técnica más adecuada. En particular trabajamos con técnicas biodinámicas de corrección de la inclinación de meseta tibial (TPLO, CTWO) y de adelantamiento de la cresta tibial (TTA), además de utilizar en casos muy aislados técnicas tradicionales de reconstrucción (o sustitución) del ligamento, como son las técnicas intracapsulares y extracapsulares («Over the top» y sutura fabelo-tibial lateral).

Tras el diagnóstico clínico, realizamos una radiografía de la rodilla afectada, y determinamos cuál es la técnica más adecuada y efectiva para este paciente en concreto.